• Bríndale espacio a la
persona que habla
Todos conocemos y podríamos
citar en teoría cuáles son los principios básicos para lograr una correcta
comunicación, pero, frecuentemente nos
olvidamos de ellos.
Algunas de las estrategias que podemos emplear son tan
sencillas como las siguientes:
La escucha activa
Uno de los principios más
importantes y difíciles de todo el proceso comunicativo es el saber escuchar.
La falta de comunicación que se sufre hoy día se debe en gran parte a que no se
sabe escuchar a los demás.
Se está más tiempo pendiente de las propias
emisiones, y en esta necesidad propia de comunicar se pierde la esencia de la
comunicación, es decir, poner en común y compartir con los demás.
Existe la
creencia errónea de que se escucha de forma automática, pero no es así.
Escuchar requiere un esfuerzo superior al que se hace al hablar y también del
que se ejerce al escuchar sin interpretar lo que se oye.
¿Qué es la escucha activa?
"La escucha activa significa
escuchar
y entender la comunicación
desde el punto de vista del que habla"
¿Cuál es la diferencia entre Oír y Escuchar?
Existen grandes
diferencias. El oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que
escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye.
La escucha
efectiva tiene que ser necesariamente activa por encima de lo pasivo. La
escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona
está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o
pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.
Para llegar a entender a
alguien se precisa asimismo cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar
de la otra persona.
Qué facilita la
escucha activa?
•Disposición psicológica, prepararse interiormente para escuchar.
Observar al otro, identificar el
contenido de lo que dice, los objetivos y los sentimientos.
•Expresar al otro que le
escuchas con comunicación verbal (ya veo, umm, uh, etc.) y no verbal (contacto
visual, gestos, inclinación del cuerpo, etc.)
Elementos a evitar en la
escucha activa
•No distraernos, porque
distraerse es fácil en determinados momentos. La curva de la atención se inicia
en un punto muy alto, disminuye a medida que el mensaje continua y vuelve a
ascender hacia el final del mensaje.
Hay que tratar de combatir esta tendencia
haciendo un esfuerzo especial hacia la mitad del mensaje con el objetivo de que
nuestra atención no decaiga.
•No interrumpir al que
habla.
•No juzgar
•No ofrecer ayuda o
soluciones prematuras
•No rechazar lo que el otro
esté sintiendo, por ejemplo: "no te preocupes, eso no es nada"
•No contar "tu
historia" cuando el otro necesita hablarte
•No contraargumentar.
Por
ejemplo: el otro dice "me siento mal" y tú respondes "y yo
también"
•Evitar el "síndrome
del experto": ya tienes las respuestas al problema de la otra persona,
antes incluso de que te haya contado la mitad
Habilidades para la
escucha
activa
Mostrar empatía
Escuchar
activamente las emociones de los demás es tratar de "meternos en su
pellejo" y entender sus motivos. Es escuchar sus sentimientos y hacerle
saber que "nos hacemos cargo", intentar entender lo que siente esa persona.
No se trata de mostrar alegría, ni de ser simpáticos. Simplemente, que
somos capaces de ponernos en su lugar. Sin embargo, no significa aceptar ni
estar de acuerdo con la posición del otro. Para demostrar esa actitud, usaremos
frases como: “entiendo lo que sientes”, “noto que...”.
Parafrasear
Este concepto
significa verificar o decir con las propias palabras lo que parece que el
emisor acaba de decir. Es muy importante en el proceso de escucha ya que ayuda
a comprender lo que el otro está diciendo y permite verificar si realmente se
está entendiendo y no malinterpretando lo que se dice.
Un ejemplo de
parafrasear puede ser: “Entonces, según veo, lo que pasaba era que...”,
“¿Quieres decir que te sentiste...?”.
Emitir palabras de refuerzo
o cumplidos
Pueden definirse como verbalizaciones que suponen un halago para
la otra persona o refuerzan su discurso al transmitir que uno aprueba, está de
acuerdo o comprende lo que se acaba de decir.
Ejemplos:
"Esto es muy divertido"; "Me encanta hablar contigo" o
"Debes ser muy bueno jugando al tenis".
Otro tipo de frases menos
directas sirven también para transmitir el interés por la conversación:
"Bien", "umm" o "¡Estupendo!".
Resumen:
Mediante esta
habilidad informamos a la otra persona de nuestro grado de comprensión o de la
necesidad de mayor aclaración. Expresiones de resumen serían:
•"Si no te he
entendido mal..."
•"O sea, que lo que me
estás diciendo es..."
•"A ver si te he
entendido bien...."
Expresiones de aclaración
•"¿Es correcto?"
•"¿Estoy en lo
cierto?"
Aspectos que mejoran la comunicación
•Al criticar a otra
persona, hablar de lo que hace, no de lo que es.
Las etiquetas no ayudan a que
la persona cambie, sino que refuerzan sus defensas. Hablar de lo que es una
persona sería: "te has vuelto a olvidar de sacar la basura.
Eres un
desastre"
Mientras que hablar de lo que hace sería:
"te has vuelto a
olvidar de sacar la basura. Últimamente te olvidas mucho de las cosas".
•Discutir los temas de uno
en uno, no "aprovechar" que se está discutiendo.
Por ejemplo: sobre la
impuntualidad de la pareja, para reprocharle de paso que es un despistado, un
olvidadizo y que no es cariñoso.
•No ir acumulando emociones
negativas sin comunicarlas, ya que producirían un estallido que conduciría a
una hostilidad destructiva.
•No hablar del pasado.
Rememorar antiguas ventajas, o sacar a relucir los “trapos sucios” del pasado,
no sólo no aporta nada provechoso, sino que despierta malos sentimientos.
El
pasado sólo debe sacarse a colación constructivamente, para utilizarlo de
modelo cuando ha sido bueno e intentamos volver a poner en marcha conductas
positivas quizá algo olvidadas.
Pero es evidente que el pasado no puede
cambiarse; por tanto hay que dirigir las energías al presente y al futuro.
•Ser específico, concreto, preciso, es una de las normas principales de la
comunicación. Tras una comunicación específica, hay cambios; es una forma
concreta de avanzar. Cuando se es inespecífico, rara vez se moviliza nada.
Si
por ejemplo, nos sentimos solos/as y deseamos más tiempo para estar con nuestra
pareja, no le digas únicamente algo así: “No me haces caso”, “Me siento solo/a”,
“Siempre estás ocupado/a”
Aunque tal formulación exprese un sentimiento, si no
hacemos una propuesta específica, probablemente las cosas no cambiarán.
Sería apropiado añadir algo
más. Por ejemplo: “¿Qué te parece si ambos nos comprometemos a dejar todo lo
que tenemos entre manos a las 9 de la noche, y así podremos cenar juntos y
charlar?”
•Evitar las
generalizaciones. Los términos "siempre" y "nunca" raras
veces son ciertos y tienden a formar etiquetas. Es diferente decir:
"últimamente te veo algo ausente" que "siempre estás en las
nubes".
Para ser justos y honestos, para llegar a acuerdos, para producir
cambios, resultan más efectivas expresiones del tipo:
“La mayoría de veces”,
“En ocasiones”, “Algunas veces”, “Frecuentemente”. Son formas de expresión que
permiten al otro sentirse correctamente valorado.
•Ser breve. Repetir varias
veces lo mismo con distintas palabras, o alargar excesivamente el
planteamiento, no es agradable para quién escucha. Produce la sensación de ser
tratado como alguien de pocas luces o como un niño.
En todo caso, corre el
peligro de que le rehúyan por pesado cuando empiece a hablar. Hay que recordar
que: “Lo bueno es breve”
•Cuidar la comunicación no
verbal.
◦La comunicación no verbal
debe ir acorde con la verbal . Decir " ya sabes que te quiero" con
cara de fastidio dejará a la otra persona peor que si no se hubiera dicho nada.
◦Contacto visual. Es el
porcentaje de tiempo que se está mirando a los ojos de la otra persona. El
contacto visual debe ser frecuente, pero no exagerado.
◦Afecto. Es el tono
emocional adecuado para la situación en la que se está interactuando. Se basa
en índices como el tono de voz, la expresión facial y el volumen de voz (ni muy
alto ni muy bajo).
•Elegir el lugar y el
momento adecuados. En ocasiones, un buen estilo comunicativo, un modelo
coherente o un contenido adecuado pueden irse al traste si no hemos elegido el
momento adecuado para transmitirlo o entablar una relación.
Es importante
cuidar algunos aspectos que se refieren al momento en el que se quiere
establecer la comunicación:
◦El ambiente, el lugar, el
ruido que exista, el nivel de intimidad...
◦Si vamos a criticar o
pedir explicaciones debemos esperar a estar a solas con nuestro interlocutor.
◦Si vamos a elogiarlo, será
bueno que esté con su grupo u otras personas significativas.
◦Si ha comenzado una
discusión y vemos que se nos escapa de las manos o que no es el momento
apropiado debemos utilizar frases como:
“si no te importa podemos seguir
discutiendo esto... más tarde”.
BIBILIOGRAFIA:
•DE LAS HERAS RENERO, Mª
DOLORES Y COLS. Programa Discover. Junta Castilla y León.
•E. CABALLO, VICENTE.
Manual de evaluación y tratamiento de las habilidades sociales. SIGLO XXI.
1999.
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•LUENGO MARTÍN, Mª ÁNGELES
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•MARTHA DAVIS, MATTHEW MCKAY. Técnicas de autocontrol emocional. MARTÍNEZ ROCA. 1998.
•VALLÉS ARANDIGA A. Y VALLÉS
TORTOSA C. Programa de refuerzo de las habilidades sociales III.